En 1967, un año antes de iniciar su nomadismo internacional, el artista David Lamelas realiza “Límite de una proyección”, un ejercicio de atención sobre la inmaterialidad de una luz proyectada y la espacialidad que esta construye. Un foco de luz emitido desde el techo y proyectado en el piso, en un espacio a oscuras, produce un nítido círculo de luz blanca. Contemplar tal situación de extrema esencialidad espacial permite experimentar una ampliación del acto perceptivo y descubrir la materialidad con la que el arte se construye. El contenido artístico es algo que emerge mientras se hace y, al igual que una imagen, es necesario construir y no encontrar. En 2017, Gastón Pérsico incorpora esta pieza de detención espacial durante las horas de exhibición de un único día. Y nos permite descubrir un círculo de luz que no construye una puesta en valor al igual que sus haces de luz. La tecnología de iluminación aquí antes que como vehículo de espectacularidad es presentada como un elemento de demarcación, un límite, una sustracción capaz de exponer la realidad material de una situación.
Contributed by
Juan Pablo Macías